La escasez de agua plantea importantes desafíos. Estos son aún mayores en épocas de sequía, especialmente en Andalucía, donde la industria agroalimentaria es uno de los motores económicos. Pero, ¿sabías que nuestra región es una de las que lleva a cabo planes de investigación e innovación más avanzados para el ahorro de agua en la agricultura? Te lo contamos.

Una amenaza común: el cambio climático

Todo avance y evolución surge de una necesidad. En el caso de Andalucía, hacer un uso eficiente de los recursos naturales e hídricos es fundamental. La comunidad es rica en paisajes y biodiversidad, los cuales se ven seriamente amenazados por el cambio climático.

Más de 40 investigadores implicados en el proyecto SmartFood trabajan para desarrollar soluciones que permitan ahorrar agua. La solución: tecnología e innovación. 

Recogida de datos en tiempo real

Hay numerosas variables que afectan al crecimiento y salud de un cultivo. Es lo que se denomina ‘servicios ecosistémicos’. A través de la toma de datos, los investigadores obtienen mucha información que permite algo fundamental para evitar un problema: la anticipación. Plagas, problemas de crecimiento o enfermedades en las plantas son algunas de las anomalías que pueden detectarse. 

Riego de precisión: cada gota cuenta

El riego de precisión utiliza tecnologías como sensores y sistemas de monitoreo. De este modo recopila datos en tiempo real sobre las condiciones del suelo, la humedad, la evaporación y otros factores relevantes. Esto se utiliza para determinar la cantidad exacta de agua necesaria para satisfacer las necesidades de las plantas en cada área específica del campo.

Al aplicar el agua de manera precisa y controlada, se evita el desperdicio de agua y se reducen los costos asociados con el riego excesivo. Además, el riego de precisión puede contribuir a mejorar la productividad de los cultivos, ya que las plantas reciben la cantidad adecuada de agua en el momento oportuno, lo que favorece su crecimiento y desarrollo.

El objetivo principal: controlar el uso del agua evitando tanto la escasez como el exceso de riego. Es decir, a través de los sensores y dispositivos de monitoreo es posible saber qué cantidad exacta de agua precisa la planta y esa, exactamente, es la que recibe. Ni más ni menos. De este modo se evita el derroche y garantiza un uso eficiente de este recurso vital.