Uno de los retos más ambiciosos del proyecto SmartFood es la puesta en órbita de un dispositivo espacial.

Este nanosatélite complementa la información procedente de otros sensores remotos. El uso de estos pequeños satélites, también llamados cubesats o satélites cubo, nos brinda todo un nuevo abanico de posibilidades para el seguimiento, monitorización y análisis de las actividades del sector primario.

Los datos e imágenes proporcionados por el nanosatélite ayudan a proponer nuevos enfoques y facilitan nuevas herramientas para el seguimiento y la gestión de la actividad en agricultura y pesca. Esto ofrece grandes oportunidades para el sector primario, tanto para el desarrollo de nuevos sistemas como para la toma de decisiones enfocadas a la mejora de la productividad y la sostenibilidad.

En la práctica, las imágenes tomadas por los nanosatélites nos ayudan a hacer un seguimiento detallado de variables como la evaporación o los índices de vegetación, resultando de gran utilidad para la agricultura y la pesca de precisión, el estudio y seguimiento de la fenología de los cultivos, la vegetación ribereña y los impactos provocados por las inundaciones.

En el contexto hidrológico, los datos suministrados por los nanosatélites nos ofrecen una oportunidad única para el estudio de las dinámicas del uso del agua, la gestión de los recursos hídricos y una vigilancia exacta y optimizada de la sequía.